Por la situación de pandemia y la necesidad de distanciamiento social, la gente ha optado por ir a lugares alejados, sin saber que allí no hay servicio de seguridad en playa. Los lugares más elegidos son el sur de Costa del Este, el norte de Las Toninas, y el norte y sur de San Clemente del Tuyú. Allí la gente baja con sus vehículos a la playa de a cientos, estacionan frente al mar, en algunos casos doble fila, y pasa un hermoso día de playa sin saber la peligrosidad de la situación a la que estuvieron expuestos al no estar cuidados en el mar.

Esto produce que se multiplique el trabajo de los guardavidas, son buscados en motos y cuatriciclos, deben dejar sus puestos e ir en auxilio de gente que no puede regresar a La orilla, muchas veces internados mar adentro. Se genera entonces, una situación estresante tanto para el que se va, como el que queda solo, ya que debe agudizar su atención ante la falta del compañero.

"El problema es que desde nuestros puestos uno los controla, está mirando y no deja que la situación se desmadre, vemos el que entra al agua, miramos si sabe nadar, si vemos que está muy lejos pitamos y lo hacemos volver más cerca, etc. Pero cuando nos vienen a buscar, hasta que llegamos y demás, ya pasó un montón de tiempo y con las correntadas de la tarde en bajante, la persona ya está mar adentro. Por eso este año hubo tantos casos de gente que estaba tan lejos, hasta 800 metros de la costa", nos refería un guardavidas de zona centro del Partido de La Costa.

El fin de semana largo, hubo un caso de rescate múltiple en Costa del Este, donde la gente debió ir a buscar guardavidas en cuatriciclos, en incluso, formar una cadena humana para ayudar a rescatar algunas personas.  (foto inferior y nota al pié).