

La formación técnica y la producción local encontraron un punto de encuentro en el Polo Textil del Partido de La Costa, donde más de 50 estudiantes de la Tecnicatura Superior en Industria Textil e Indumentaria comenzaron sus prácticas profesionales. La experiencia, impulsada por la Secretaría de Producción, Empleo y Trabajo y el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica N°89 de Mar de Ajó, representa una alianza concreta entre el mundo educativo y el laboral.
Las prácticas permiten a los estudiantes poner en juego los saberes adquiridos en la carrera en un entorno real de producción en serie. “En el Polo toman contacto con la realidad de un taller, con tiempos, procesos y dinámicas que no se pueden replicar del todo en el aula”, explicó Victoria Miguele, docente del espacio curricular de práctica y diseñadora en Indumentaria Textil formada en la UBA.
Durante las clases en el Polo, se desarrollan tareas específicas como el corte, el ensimado y el ensamblado de prendas. “Generalmente llevamos el material ya cortado desde el terciario y aprovechamos las dos horas que tiene cada curso para coser. Es donde realmente articulan los contenidos teóricos y técnicos de la carrera”, detalló la docente.
Pero la experiencia va más allá del aprendizaje técnico: abre puertas para el desarrollo de proyectos personales. “Muchos estudiantes comienzan a visualizar sus propios emprendimientos. Algunos se anotan en cursos municipales, otros siguen usando el Polo incluso después de egresar. Tratamos de acompañarlos para que puedan crecer con su propia marca”, agregó Miguele.
La iniciativa se enmarca en un proceso de articulación renovado entre la Secretaría que encabeza Martín Poustis y las instituciones educativas locales, con una visión estratégica: fortalecer el vínculo entre formación profesional, empleabilidad y economía local.
El intendente Juan de Jesús visitó recientemente el Polo Textil y compartió una jornada con los y las estudiantes mientras trabajaban en el enhebrado de las máquinas. “Su presencia fue un reconocimiento al trabajo que realizamos desde este espacio y una señal del valor que el Municipio le da a la formación con salida laboral”, destacó Miguele.
Este modelo de prácticas no sólo forma técnicos y técnicas capacitados, sino que también siembra nuevas oportunidades productivas y emprendedoras para jóvenes de la región. Porque cuando el Estado, la educación y la industria se articulan, el resultado es mucho más que una prenda terminada: es la posibilidad de construir futuro con las propias manos.