

El Gobierno nacional dio un paso decisivo en el desmantelamiento del sistema de turismo social con la transferencia de las Unidades Turísticas de Chapadmalal y Embalse a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), organismo que se encargará de concesionar o vender los complejos. La medida representa un giro de 180 grados en una política histórica que garantizaba el acceso al turismo a sectores populares.
Aunque aún no se oficializó la licitación, se prevé que los hoteles sean ofrecidos al sector privado en los próximos meses. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, respaldó públicamente la iniciativa, afirmando que “el Estado no debe proveer servicio de hotelería” y que “no tiene ventaja competitiva” para hacerlo.
La noticia fue acompañada por una ola de despidos. Según la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), ya se produjeron al menos 19 desvinculaciones: 15 en Embalse y 4 en Chapadmalal. Desde el gremio denuncian que el personal, mayormente contratado de forma precaria, está siendo desplazado como parte de una política de vaciamiento.
A través de redes sociales, Sturzenegger sostuvo que el traspaso a operadores privados permitirá “potenciar el valor turístico” de ambos complejos, en línea con los postulados de eficiencia económica que impulsa el gobierno de Javier Milei. El funcionario agradeció al embajador Daniel Scioli —ex responsable del área— por su colaboración en el proceso.
En paralelo, se derogaron artículos clave de la Ley Nacional de Turismo mediante el decreto 216/25, consolidando el viraje hacia un esquema de gestión privada. Desde ATE advirtieron que incluso los trabajadores de planta permanente podrían quedar excluidos del futuro modelo, si la operación hotelera se privatiza completamente.
“Daniel Scioli festeja el Día del Trabajador echando laburantes”, denunciaron desde ATE Turismo Nación, en referencia a que varios despidos se concretaron el 1º de mayo. El futuro de los complejos de Chapadmalal y Embalse, íconos del turismo social argentino, queda ahora en manos del mercado.