

En medio de una fuerte crisis económica derivada de la caída de ingresos municipales, tres distritos de la provincia de Buenos Aires se declararon en emergencia financiera. Villa Gesell fue el primero en anunciar la medida, a la que se sumaron Guaminí y Saavedra, con decisiones que incluyen congelamiento de sueldos, recortes y suspensión de contrataciones.
En Villa Gesell, el intendente Gustavo Barrera explicó que la caída en la recaudación forzó a la gestión local a congelar durante al menos seis meses los sueldos de toda la planta política y funcionarios del Ejecutivo municipal. Además, se detuvo el ingreso de personal a las distintas dependencias del Estado local. Desde el 22 de abril, también quedaron suspendidas todas las contrataciones, incluso para cubrir puestos vacantes.
En Guaminí, además del impacto económico por la reducción de la Coparticipación provincial, el municipio enfrenta una emergencia hídrica. El intendente José Augusto Nobre Ferreira decidió congelar los salarios de los funcionarios y reducir al mínimo las horas extras como parte de un plan de contención del gasto.
Poco después, Saavedra también declaró la emergencia. Su jefe comunal, Matías Nebot, anunció un recorte del 13% en los salarios de los trabajadores municipales, argumentando que la medida es imprescindible para garantizar el pago de sueldos y mantener los servicios esenciales en funcionamiento.
Estas decisiones reflejan un escenario económico complejo en varios municipios del interior bonaerense, que buscan evitar un colapso financiero a través de ajustes drásticos en sus estructuras de gasto.