

En la frontera de Pinamar, conocida como "La Hoya", la situación es cada vez más preocupante. Este lugar, que se ha convertido en un punto de encuentro para fiestas clandestinas, picadas ilegales, consumo de alcohol y drogas, y un peligroso foco de actividad vehicular sin control, ha sido escenario de intervenciones sorprendentes por parte de las autoridades.
Recientemente, hasta un helicóptero aterrizó en la zona, mientras que las fiestas se suceden con cada vez mayor frecuencia. Aunque las fuentes municipales de Pinamar aseguraron que se realizan controles al ingreso de la ciudad, donde se verifica la documentación de los conductores, no se llevan a cabo acciones en la playa, que se considera propiedad privada. Esto ha dejado un vacío de seguridad en la zona, lo que ha motivado la intervención de la policía bonaerense.
En un procedimiento sorpresivo, los agentes se infiltraron entre el público, vestidos de civil, y utilizaron drones para sobrevolar el área, dada la extensa extensión de terreno rodeado de médanos. El operativo resultó en el secuestro de ocho vehículos (Volkswagen Amarok, Ford 150 Raptor y Toyota Corolla) y un cuatriciclo Yamaha YFZR 450, con la detención de ocho personas, aunque estas fueron liberadas horas después. Sin embargo, los vehículos secuestrados no fueron devueltos por el juzgado de garantías, lo que resalta la gravedad de la situación.
Cabe destacar que la Ley Provincial 15.002, modificatoria de la Ley 13.927, prohíbe la circulación de cuatriciclos, triciclos motorizados y UTV en toda la provincia de Buenos Aires, una normativa que busca reducir los riesgos para la seguridad vial. Sin embargo, la falta de control efectivo en áreas como la frontera de Pinamar sigue siendo un desafío pendiente para las autoridades.
El descontrol que se vive en la frontera de Pinamar y la falta de acción constante por parte de las autoridades municipales son preocupantes. Si bien los operativos sorpresivos de la policía bonaerense son un paso positivo, la situación requiere de un enfoque integral que incluya mayor coordinación entre los distintos niveles de gobierno y un plan de acción más claro y efectivo. Las fiestas clandestinas, el consumo de drogas y la circulación de vehículos no autorizados no solo ponen en peligro a los jóvenes involucrados, sino también a la seguridad de toda la comunidad. La Municipalidad de Pinamar necesita tomar medidas más firmes para garantizar el cumplimiento de las normativas y ofrecer un ambiente seguro para residentes y turistas.