San Clemente del Tuyú vivió con gran devoción la 89.ª edición de la Fiesta Patronal de San Clemente Romano. El evento comenzó con una procesión que partió desde la Plaza de las Banderas y recorrió la Avenida San Martín, donde se bendijeron comercios y locales a lo largo del trayecto.

Posteriormente, en la misa celebrada en la parroquia local, el Obispo de la Diócesis Regional, Juan Ignacio Liébana, estuvo acompañado por el Padre Juan Cruz, de Santa Teresita, el cura párroco de San Clemente del Tuyú, Padre Julio Aguiar, y un grupo de monaguillos de ambas localidades.

En una entrevista con Faro Noticias tras la misa, el obispo reflexionó sobre el mensaje de San Clemente Romano, que coincidió este año con la celebración de Cristo Rey. "Jesús se presenta como un rey distinto, no como los que buscan imponer autoridad con ejércitos o armas. Su manera de ejercer el poder es humilde y servicial, reconociéndose como rey en su momento de mayor humillación, cuando está por ser crucificado. Es un llamado a todos a ejercer la autoridad desde la coherencia de vida, no desde la imposición o el temor", señaló Liébana.

El obispo extendió su reflexión a todas las profesiones y roles de autoridad, mencionando a docentes, gobernantes, líderes religiosos e incluso padres de familia, resaltando que "la autoridad se gana con el ejemplo, no con gritos".

Al ser consultado sobre el Año del Jubileo 2025, explicó: "Es una tradición de la Iglesia cada 25 años, un tiempo para celebrar que Dios se hizo hombre y recordar la primera Navidad. Es una invitación a volver a las fuentes de nuestra fe, al bautismo y a nuestros orígenes cristianos. Animo a todos a realizar una peregrinación personal hacia su lugar de bautismo como un acto de gratitud y renovación espiritual".

Finalmente, el Obispo dejó un mensaje especial para la comunidad de San Clemente del Tuyú: "Quiero felicitarlos y desearles una buena temporada de trabajo. Sabemos que no está fácil, pero espero que en este tiempo, a un mes de la Navidad, el Niño Dios pueda nacer en cada hogar".

Cuando se le preguntó cómo titularía esta nota, el obispo respondió con sencillez y profundidad: "Un diálogo de hermanos".