Locales | 5 ago 2024
MUSEO HISTÓRICO Y DE CIENCIAS NATURALES
Descubrimientos históricos en San Clemente del Tuyú: Un viaje cultural hacia el pasado
La conformación de un equipo multifuncional liderado por Omar Zicchini y Ricardo Vescovo permitió el descubrimiento de importantes hallazgos arqueológicos, que revelaron la presencia de los querandíes en la región y dieron origen al Museo Histórico y de Ciencias Naturales de San Clemente del Tuyú. Este hallazgo fortuito marcó el inicio de un proceso de rescate y preservación de la identidad cultural de San Clemente del Tuyú.
En la continuidad de la nota que Faro Noticias publicó sobre el "Romance a Dorrego", la ópera folklórica donde hablábamos de cómo Dorrego marcó el comienzo de un proceso cultural que destaca, entre otras cosas, el Museo Histórico y de Ciencias Naturales de San Clemente del Tuyú, profundizamos en temas relacionados con el rescate de la identidad cultural de San Clemente del Tuyú, hoy en franca crisis.
PRIMEROS DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLOGICOS
Según cuenta Ricardo Vescovo, esta experiencia comenzó con Omar Zicchini, quien fue su “compañero, hermano y mano derecha”. Omar trabajaba en el Automóvil Club y un empleado de la Municipalidad de Lavalle le mencionó que, mientras operaba una retroexcavadora en un terreno, descubrió escombros de diversos colores. La conversación quedó en el aire hasta que Omar se lo comentó a Vescovo. "Me pareció raro escombros en un lugar tan profundo, así que fuimos a verlo", recuerda Vescovo.
Fuimos a Lavalle en el auto de Omar, porque Omar perdió su auto gracias al museo", aclara, y añade: "Cuando llegamos, empezamos a ver que los escombros tenían imbricaciones y dibujos. Dije entonces que esto no eran escombros, sino algo muy antiguo, y decidimos empezar a buscar y a sacar".
El terreno pertenecía a Larchu, el dueño original de la panadería del pueblo de General Lavalle. Él tenía ahí una chacra muy antigua que había pertenecido a gente del saladero, del año 1800. La loma estaba justo en lo que vendría a ser parte del jardín de la chacra, detalla Vescovo.
Consultó con un amigo, Néstor Bárbaro, hermano de Julio Bárbaro, quien en ese momento era presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires, y le pidió asesoramiento. "Néstor cumplió y los arqueólogos nos enseñaron a trabajar en el campo con cuadrículas, estratos y todo lo que trae aparejado", continúa relatando Vescovo.
CONFORMAN EQUIPO MULTIFUNCIONAL
"Entonces dijo que hay que conformar un equipo multifuncional y eso hicimos", relata Ricardo Vescovo. Así, se formó un equipo con Omar Zicchini, fotógrafo; Jorge Barón, profesor de Historia; Lito Bauza, también fotógrafo con equipos especializados; la esposa de Omar -Elisa-, Lidia Mendoza; Silvia Amadio; y Seanameo, miembro del coro. Con todos ellos, se comenzó a armar el primer equipo de investigación, y pronto empezaron a aparecer fragmentos de jarrones, utensilios, puntas de flechas y más. "Nos preguntamos, ¿de dónde sacaron todo esto? Porque en realidad no hay piedra en esta zona", recuerda Vescovo.
Los arqueólogos explicaron que era común que los querandíes de esta región intercambiaran cueros con habitantes de la zona de Tandil. En un punto de frontera, cambiaban cuero por piedras, lo que permitió encontrar puntas de flecha, cortadores y otros artefactos. "Toda esa primera etapa se fue acumulando", señala Vescovo.
En este contexto, Vescovo recordó que también los acompañaba López, hermano del dueño del kilómetro 314, un geólogo y ahora titular de la cátedra de geología en la UBA, quien los asesoraba sobre estratos y edades de los mismos.
NACE EL MUSEO HISTORICO Y DE CIENCIAS NATURALES DE SAN CLEMENTE DEL TUYÚ
"Así fue como empezó y se empezó a acumular bolsas y bolsas, a registrarlas y limpiarlas por estrato. Las bolsas se desarmaban en la escuela (de Bellas Artes, de la cual Vescovo era Director Fundador) y de eso se encargaban las mujeres. Ahí las limpiaban, les sacaban la tierra y las volvían a acomodar por estratos. Una vez al mes, venían los arqueólogos para corroborar y, gracias a estos descubrimientos, los arqueólogos ganaron un premio en Uruguay", expuso Vescovo.
De esta manera, se pudo demostrar que en lo profundo de la provincia de Buenos Aires, especialmente en la zona conocida como Rincón del Tuyú, habían estado radicados los querandíes. "Por la alimentación, porque había abundante cantidad de venados, que eran su alimento y su bebida. Ellos tomaban la sangre de los venados porque no había agua potable, bebían y se untaban con la grasa de los venados para el frío. También había mucha pesca; no hay que olvidarse que esta es zona de desove", explicó Vescovo.
Ante estos descubrimientos, surgió la pregunta: "¿Qué hacemos con todo esto?". Decidieron buscar un lugar para ubicar los hallazgos y conocieron a los dueños de la galería en la cual funcionó el museo en la calle 3 Sur entre 1 y Costanera, quienes les alquilaron el fondo por un tiempo.
Elisa Mattano fue la encargada del museo por muchos años hasta casi su cierre. Ella es la esposa de Omar Zichini
"Nosotros financiamos todas las puertas que se ven en las fotos, con fondos propios, y con el tiempo dijimos de seguir avanzando. Cuando la gente vio que teníamos un lugar físico donde funcionaba el museo, comenzaron a acercarse para darnos datos. Así conformamos otro equipo, con Jany Bellini, Carlitos Nicolo, Daniel Zichini y Omar Zicchini, quien tomó la posta de la fotografía. Esto facilitó las cosas porque él estaba muy involucrado en todas las actividades que desarrollábamos. Empezamos a registrar fotográficamente todo lo que hacíamos. Así fuimos a sacar el cachalote de una zona de la ría, la ballena azul que estaba en la boca del Salado, varias partes de ballenas encontradas en campos cercanos a Lavalle, y el gliptodonte que estaba cerca de la zona de Mar Chiquita. Para todo esto necesitábamos gente, movilidad, transporte, y ahí fue cuando fuimos a hablar con De Jesús (Juan, en ese momento intendente)".
"‘A mí me interesa’, nos respondió De Jesús y aclaró: ‘Si hay algo que yo quiero es recuperar la identidad de esta región’", relató Vescovo. "Entonces yo le dije, 'Vamos a trabajar para eso', y nos empezó a ayudar con fondos.
LA QUERANDÍ | APOYO INSTITUCIONAL
En ese momento, Jorge Guitelman pasó a ser Director de Turismo de la provincia de Buenos Aires. Guitelman, histórico dueño del diario Pionero, siempre tuvo una buena relación con nosotros porque ya nos conocía desde Dorrego y del coro. Nos atendió y nos dijo que nos podía conseguir un vehículo, pero que tendríamos que arreglarlo. También nos ofreció una lancha baja con propiedades especiales para zonas pantanosas, la cual después bautizamos 'La Querandí' y con la que recorrimos todos los islotes hasta casi Magdalena".
Vescovo explicó que la lancha tenía la hélice empotrada dentro del casco como si fuera una turbina, lo que permitía que "panceara" sobre el barro y funcionara con muy poca agua. "Omar Zicchini, que conocía el motor Citroën en profundidad, era el mecánico", añadió Vescovo.
"Guitelman nos dio un vehículo en mal estado y nos prestó la lancha. Entonces le dijimos a Juan (De Jesús) que Jorge nos dio esas cosas, pero nosotros no podíamos arreglarlas. Entonces Juan nos dijo: ‘La camioneta déjala que me encargo yo, tráela’. El municipio arregló la camioneta y se hizo cargo del combustible de la lancha. Esto fue una gran ayuda para nosotros porque todo salía de nuestro bolsillo y, al tener el apoyo del municipio con el combustible, solo nos encargábamos de los víveres. Así empezamos a adentrarnos más en nuestro territorio. Estuvimos en la boca del Salado, buscando la nave insignia que hundieron los brasileños durante el bloqueo anglo-francés", narró Vescovo.
En la boca del Salado, justo frente al campo de Miguens donde acampaban, había un cañón apuntando hacia la bahía, frenando a la flota. En esa zona, una zona de batallas y encuentros militares, encontraron varios restos, pero el dueño del terreno reclamó los restos como suyos y no pudieron llevárselos. "Encontramos muchas cosas ahí: botones de uniformes, armas, sables, y restos de ballena azul", explicó Vescovo.
"Así comenzamos a dotar al museo de otros artefactos. Involucramos a los alumnos de la escuela en nuestros campamentos y ellos trabajaban la tierra, sintiéndose identificados con el pasado. Les enseñábamos el trabajo de campo que nosotros habíamos aprendido", sostuvo Vescovo.
Cabe destacar que las escuelas de la región visitaban el museo en el marco de visitas guiadas, dónde además de charlas sobre la historia y la geografía de la zona, a los alumnos se le proyectaba los documentales de las expediciones, generando un gran entusiasmo entre los jóvenes
BOOM: LAS EXPEDICIONES EN AUDIOVISUALES
Consultado sobre cuánto tiempo funcionó el museo en pleno centro, Vescovo indicó que a partir de que Omar comenzó a documentar (para proyectar audiovisuales) todas las expediciones, el museo se convirtió en un atractivo para San Clemente del Tuyú. "En una de las expediciones, Jany Bellini quedó atrapado en el barro durante tres horas, temiendo que la marea subiera. Todo esto lo mostramos en el audiovisual y generó una conmoción, haciendo que la gente hiciera cola para verlo todas las noches", recordó Vescovo.
En este contexto, Vescovo recordó que Jorge Guitelman facilitó en préstamo un equipo que podía fusionar las diapositivas, "entonces quedaba como si fuera cinematográfico. Eso nos generó un ingreso que se invirtió todo en el museo: estructura, estanterías, armarios de vidrio. Nosotros también teníamos peces vivos dentro del museo y serpientes de la zona vivas, y había que comprarles el alimento y mantenerlas. Todo eso atraía muchísimo a la gente".
Aunque Vescovo no pudo precisar exactamente cuánto tiempo estuvo el museo en ese espacio, expresó: "Más o menos hasta que la escuela estuvo en manos de la gente original, el museo funcionó. A los golpes, pero funcionó. Después fue la debacle de todo, y me refiero a la escuela, el museo y la feria".
Al ser preguntado sobre qué rescata de positivo de esa época, Vescovo afirmó: "El espíritu, el espíritu con que la gente lo hacía pensando en que iba a ser algo que iba a servir para el futuro, para las generaciones que venían. Cada vez que lográbamos componer algo nuevo decíamos: 'Mira cuando lo miren dentro de 30 años'. Si tengo que rescatar algo de todo, es esto que estoy diciendo: el espíritu con que se hizo cada cosa", completó
Vescovo nos deja una reflexión sobre la importancia de la dedicación, la pasión y el espíritu comunitario en la preservación y valorización del patrimonio cultural. A través del relato, se evidencia cómo un grupo de personas comprometidas puede transformar el conocimiento y la identidad cultural de una región, a pesar de los desafíos y las dificultades. El esfuerzo colectivo y el deseo de dejar un legado para las futuras generaciones destacan la relevancia de mantener viva la historia y la cultura local.
Este era el equipo de investigaciones de la escuela. De izquierda a derecha. Jose Quiroga, Carlitos Niccolo, Jani Bellini, Daniel Zicchini, Jorge Baron , Ricardo Vescovo y Omar Zicchini
Nota: La historia que relata la nota comenzó a inicios de los años 80 hasta poco antes del año 2000. Hoy lo que queda del museo y piezas históricas, arqueológicas de interés, se encuentran en un aula dentro de la Escuela Municipal de Bellas Artes de San Clemente del Tuyú.