Cultura | 28 jul 2024
ACTUALIZADA
Ricardo Vescovo: "Romance al Coronel Manuel Dorrego demostró el poder del arte para unir a una comunidad"
Ricardo Vescovo comparte con Faro Noticias la inspiradora génesis de la ópera folclórica "Romance al Coronel Dorrego" en San Clemente del Tuyú, contrapuesta al elogiado poema épico de Lavalle, marcando un hito cultural significativo en la localidad.
Ricardo Vescovo, fundador del Centro Cultural Manuel Dorrego y de destacadas instituciones en San Clemente del Tuyú como la Escuela de Bellas Artes y el Museo Histórico y de Ciencias Naturales, dialogó con Faro Noticias en el marco del mes de reivindicación de Güemes y los caudillos nacionales. Vescovo impulsó una experiencia cultural única con la ópera folclórica "Romance al Coronel Dorrego", iniciativa que contrasta con "Romance de la muerte del General Lavalle", obra épica compuesta por Ernesto Sábato y musicalizada por Eduardo Falú.
Consultado sobre el origen de esta iniciativa, Vescovo explicó: "En cierta manera, comenzó en contraposición a la obra de Falú y Sábato. Me indignó la exaltación de Lavalle, quien se opuso al 'popular' Dorrego por su apoyo a los mulatos, zambos y negros. Esto me llevó a buscar una voz contraria a través de la ópera folclórica."
"A instancias de un amigo, Claudio Parenti, Alicia Torteroni una periodista recién radicada en San Clemente escribió los textos. Tras un año de investigación y construcción musical, debutamos con 'Romance a Manuel Dorrego' en el Club de Pesca, un evento donde se transformó y amplió un salón comunitario para presentar la obra y se financió con la propia entrada", agregó Vescovo, destacando la colaboración de Abel Bermani en la dirección.
Este proyecto no solo revitalizó la narrativa histórica local, sino que también estableció un precedente en la vida cultural de San Clemente del Tuyú, reafirmando el compromiso de Vescovo con la memoria y el arte comunitario.
"2000 personas en medio del campo"
Este hito cultural que sirvió como disparador de otras acciones, tuvo lugar a finales de los años 70 y contó con la participación de numerosos músicos y vecinos. Vescovo recuerda vívidamente la dramatización que tuvo lugar en la Estancia La Linconia, donde actores interpretaron a Dorrego, Lavalle y la escena del fusilamiento. Marcos Quiroga, dueño de la estancia e intendente de General Lavalle, contribuyó significativamente a esta representación, situada a 20 km de La Costa y a 10 km de Lavalle.
"La expectativa inicial sobre la presentación de esta obra fue cómica", recuerda Vescovo. "Marcos había instalado tribunas con capacidad para 2000 personas en medio del campo. Al verlas, pensé que sería imposible llenarlas. Estaba con Elvio Palacios, uno de los músicos, discutiendo esto cuando, de repente, vimos una caravana de luces acercándose desde Lavalle. Autos tras autos comenzaron a llegar."
"La primera noche asistieron 1800 personas y la segunda noche alcanzamos las 2000, con las tribunas completamente llenas. Hubo un momento durante la obra donde sentimos que la tribuna se hundía por el peso, temiendo que colapsara", añadió Vescovo con emoción.
"Estas dos noches fueron increíbles. Nadie esperaba una respuesta tan masiva, excepto el intendente que siempre tuvo fe", destacó Vescovo, subrayando cómo esta obra actuó como un imán para la comunidad artística de la época.
Dorrego, el inicio de un proceso cultural
"En aquellos tiempos, cuando no había televisión, la gente se reunía en bares o clubes. Era una época solitaria. Dorrego generó la expectativa de algo nuevo y diferente, algo más allá del tedio del invierno", reflexionó Vescovo sobre el impacto cultural y social de esta experiencia.
En definitiva, la ópera folclórica "Romance al Coronel Dorrego", demostró el poder del arte para unir a una comunidad en busca de significado y entretenimiento en tiempos difíciles.
Posterior al estreno, durante el invierno siguiente, comencé a convocar personas para formar un coro", continuó relatando Vescovo. "No eran cantores profesionales, eran gente común: amas de casa, albañiles. Con mucho esfuerzo y paciencia, empezamos a dar forma al coro y ensayamos para la obra. Hubo resistencia inicial porque no querían demasiada gente, pero logré incorporar el coro y fue un gran acierto porque su participación enriqueció enormemente la música."
El Centro de Bellas Artes
"Después de buscar varios lugares para ensayar, finalmente nos establecimos en la Avenida 3ª y Calle 14. Al principio, los ensayos parecían ser solo para nosotros mismos, así que decidí expandir nuestras actividades. Empezamos a ofrecer clases de guitarra, flauta y otros instrumentos utilizados en el coro. Estos pequeños cursos crecieron rápidamente en popularidad; en esa época, tener 400 personas inscriptas era algo increíble. Gente de Santa Teresita también se unía", recordó.
"Fue entonces cuando decidimos establecer el Centro Cultural de Bellas Artes, con la colaboración del intendente de aquel tiempo, Arturo Magadan, quien otorgó un subsidio para su formación. Otros intendentes del Partido de La Costa también nos brindaron su apoyo. Uno de ellos nos proporcionó los trajes del coro a cambio de la formación del Primer Coro Municipal. Así comenzó nuestro camino hacia el Centro de Bellas Artes, que eventualmente evolucionó hasta convertirse en la Universidad Popular de Bellas Artes, integrada luego en las Universidades Populares Argentinas, un proyecto de corte socialista", explicó Vescovo.
"Así, el Centro de Bellas Artes se transformó en el primer Centro Cultural de toda la costa atlántica, llevando el nombre de 'Manuel Dorrego' en honor al legado cultural y comunitario que iniciamos", continuó Vescovo, destacando el impacto duradero de esta iniciativa en la región.
Acto de inauguración de la Escuela Secundaria de Bellas Artes. En el centro el intendente Juan de Jesús, a su derecha la Directora Provincial de Escuelas y Ricardo Vescovo.
Nace la Secundaria de Bellas Artes
Al referirse al Centro Cultural, Vescovo indicó que “muchas personas se unían al inicio del año pero a mitad de año dejaban porque no tenían la responsabilidad de continuar. Empezábamos con 400 inscritos y terminábamos con 100. Había que encontrar una forma de generar compromiso y responsabilidad. Sobre esa base, tomé la idea de la integración de las artes que proponía (Richard) Wagner, quien sostenía que todas las artes debían estar integradas porque, de alguna manera, había una unión entre ellas”.
“La idea de Wagner había fracasado en su momento porque a veces las cosas se hacen fuera de época, sin el contexto adecuado, y se derrumban”, reflexionó Vescovo. “Yo incorporé la idea de la escuela secundaria porque veía que los chicos necesitaban actividades artísticas. Siendo profesor, Cuando propuse formar un grupo musical en Lavalle, todos los alumnos del Colegio Nacional se inscribieron, y armamos un grupo musical muy bueno, tanto en Lavalle como en Santa Teresita”, recordó.
“Llevé la idea a Enrico Dellaspora, quien en ese momento era Secretario de Educación y Cultura de la Municipalidad de La Costa. La leyó y, a los 10 o 15 días, me llamó para decirme que lo hablaríamos con el intendente”, contó. “Fuimos y presenté la idea al intendente Juan de Jesús, quien la aprobó. A partir de ahí, comenzó toda la lucha para que la escuela fuera reconocida a nivel provincial”, detalló.
Una escuela única en la provincia
Añadió que “no fue una lucha fácil, nos llevó más de cuatro años y medio hasta que la escuela fue reconocida como la única en la provincia de Buenos Aires con el arte integrado en su totalidad”. Explicó que las materias básicas son solventadas por la provincia y las extracurriculares son financiadas por el municipio. “Bajo esa normativa se aprobó el proyecto y sigue funcionando hoy. Es una escuela secundaria mixta, prácticamente estatal tanto a nivel provincial como municipal”, destacó.
Consultado sobre las experiencias positivas y negativas de este proyecto, Ricardo Vescovo reflexionó: “Lo positivo son los alumnos, el afecto que aún recibo de ellos, y de las personas que lucharon a mi lado. Eso es lo que valoro. De lo negativo prefiero no hablar; cada uno sabrá cuando ponga la cabeza en la almohada. Yo solo me quedo con lo positivo”, afirmó.
Para finalizar, expresó: “Los detractores siempre dijeron que la escuela no servía para nada. La realidad demostró lo contrario. También agradezco a quienes se consideran fundadores de la escuela porque, si el proyecto hubiera sido malo, yo habría sido el único culpable. Gracias a Dios, el proyecto fue bueno y ahora tiene muchos creadores”, concluyó Vescovo.