

En un dramático giro de los acontecimientos, las familias de Ramón Román y Gabriel Raimann, los pescadores desaparecidos en un kayak en Pinamar, arremeten contra la Prefectura Naval Argentina (PNA) por lo que describen como una serie de "equivocaciones y desaciertos" en el operativo de búsqueda.
La PNA anunció la interrupción de la búsqueda con vida, desatando la indignación de los allegados, quienes emitieron un comunicado a través del portal Infobae expresando su descontento. En el texto, critican la demora en iniciar la búsqueda, señalando que las fuerzas federales no actuaron hasta que un familiar presentara la denuncia, lo que resultó en la pérdida de "valiosas horas para encontrarlos".
Las críticas también se centran en la dirección del operativo, acusando a las autoridades de no emplear todos los recursos disponibles y de concentrarse en áreas del norte de la Costa Atlántica, a pesar de las insistencias de los familiares de que la búsqueda se centrara en el sur. El descontento alcanzó su punto álgido cuando un transeúnte encontró el flotador del bote cerca del Faro Querandí, una zona inicialmente ignorada por los investigadores.
El comunicado expresa la frustración de las familias frente a la decisión de la PNA de reducir "la intensidad de la búsqueda" y descartar la posibilidad de que los pescadores estén con vida. Exigen a las autoridades que continúen la investigación "por todos los medios habidos y por haber", solicitando retribución por el tiempo perdido.
Agradecen la colaboración de la comunidad y la solidaridad recibida, destacando las donaciones y la disposición de aquellos que permitieron a las familias realizar su propio operativo de búsqueda. El comunicado concluye con un llamado a la acción, instando a las autoridades a rectificar las "equivocaciones y desaciertos" para lograr la pronta resolución del caso y el hallazgo de los pescadores desaparecidos.