

“A nivel mundial, el sistema alimentario es responsable del 80% de la pérdida de biodiversidad, el 80% de la deforestación y el 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El panorama es aún más complejo si tenemos en cuenta que para 2050 tendremos un 20% más de habitantes que en 2023, lo cual implicará un aumento de más del 70% en la demanda de proteína animal y más del 50% en la demanda de alimentos en general”, indicó la organización ambiental, que no suele estar entre las más agresivas con el agro a la hora de plantear estos debates.
De todos modos, en este comunicado Vida Silvestre sí se puso dura para definir el desafío ambiental que los países y sus productores tienen por delante: “Actualmente más del 75% de la superficie del planeta ya ha sido transformada por el ser humano y de esa proporción, un 41% está destinado al sector agroalimentario. Desde 1990, más de 420 millones de hectáreas fueron deforestadas (lo que equivale a más de 46.000 canchas de fútbol por día) y la producción agropecuaria es responsable del 90% de esta transformación”.
“Las cifras de pérdida de biodiversidad también son contundentes: sólo el 4% de la biomasa total de mamíferos actuales son silvestres, el 60% son ganados (vacas, chanchos, pollos, entre otros) y el 36% son humanos”, detallaron los ambientalistas a continuación.
En el caso de Argentina, Vida Silvestre consideró que se trata de unos de los países productores de alimento más importantes a nivel global, sin embargo resaltó que su tendencia productiva deja de lado a la emergencia alimentaria.
“La agricultura está orientada más al engorde de animales y producción de biocombustibles que a la alimentación de personas, algo muy preocupante teniendo en cuenta que, en nuestro país, aproximadamente el 30% de los niños, niñas y adolescentes sufre emergencia alimentaria”, afirmó la entidad.
En cuanto al cambio de uso de suelo, sostuvieron sus directivos que Argentina se encuentra entre los países con mayor tasa de deforestación, siendo el 76% de ella ilegal, aun teniendo la Ley de Bosques desde el año 2007. A eso añadieron la preocupación por la pérdida del “80% de los pastizales pampeanos, impulsada principalmente por la agricultura y ganadería industrial”.
“Argentina es uno de los países con mayor biocapacidad del mundo. Además, en nuestro país el sector agroalimentario implementa algunas medidas y procesos que se encuentran a la vanguardia de la sostenibilidad ambiental a nivel global. No obstante, los indicadores presentados son contundentes, necesitamos transformar declaraciones en compromisos y compromisos en acciones para frenar la pérdida de ambientes naturales, recuperar la capacidad productiva de las áreas degradadas, ordenar el uso del territorio y construir políticas de estado que aseguren que la producción y la conservación sean las dos caras de la moneda del real desarrollo sostenible, en favor de las personas y la naturaleza”, afirmó Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina.
A este panorama, el comunicado sumó la cuestión de los consumidores. De acuerdo a un estudio realizado por Fundación Vida Silvestre Argentina y WWF Brasil, con el objetivo de investigar el nivel de conocimiento de los consumidores sobre el impacto de las elecciones de los alimentos en el ambiente, “el 60% de los encuestados argentinos manifestó estar de acuerdo con la posibilidad de adoptar nuevos hábitos alimentarios”.
“Los resultados del este relevamiento arrojan datos interesantes y opiniones formadas. El cambio se produce en busca de opciones que reduzcan los impactos ambientales, como la transformación de ambientes, la pérdida de biodiversidad, las emisiones de C02, y la contaminación y generación de residuos. El consumidor, visiblemente más consciente, responsable y comprometido, expresa su necesidad y pide respuesta a la demanda de productos saludables y de menor impacto socioambiental”, señaló Jaramillo.
En este contexto, la entidad afirmó que el sector privado debe ser parte activa de la transformación de los modelos productivos, y enumeró las acciones necesarias: