

Su autor es Marcos Curioni, quien hace ya tiempo vive en esa playa.
En los bloques de cemento que sostienen el camino que conduce al San Salvador de la escollera sur, homenajeó a Olmedo, Porcel, Piazzolla, Favaloro y Gardel, pintó rostros de mujeres enigmáticas y de surfers, dibujó paisajes marinos que saltan del cuadro, recreó imágenes distópicas de la pandemia y trabajó con naturalezas muertas, como ramas de árboles a las que embelleció con el azul Francia que tanto le gusta.