viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº1962

Cultura | 1 jun 2021

HOLISTICA

Ligeras proposiciones para una vida mejor

Si alguien menciona que los objetos caen hacia arriba o que el agua no moja, la observación de la realidad le mostrará la equivocación de sus postulados. Este poder de corrección que ejerce la realidad en la vida material no existe en el mundo imaginativo de la mente; en este territorio cada uno es su propio guía, educador y aprendiz al mismo tiempo. Para transitar por estos senderos con la certeza obligatoria es necesario desarrollar capacidades para agudizar los sentidos, priorizar el sano juicio sobre el entusiasmo y fortalecer el entendimiento.


Estos desarrollos están al alcance de todo el que se lo proponga, todo hombre puede adquirir por sí mismo los conocimientos para mejorar su forma de vida… porque lo lleva en su esencia.

No existen instrucciones absolutas en cuanto a cómo se debe actuar, es un asunto de conquista individual, no se necesita poseer una mente superior ni ser un gurú, lo que se precisa es tenacidad, paciencia, intuición y sed de conocimiento.

Este desarrollo es personal e interior, los  aportes de  los libros, de los  expertos, de los cursos, consisten en que hagamos una elaboración de sus enseñanzas con nuestros propios pensamientos, sentimientos y emociones. Si no es así, viviremos de acuerdo a instrucciones ajenas.

Actualmente vivimos inmersos en un desproporcional acoso de estímulos audiovisuales: televisión, publicidad, redes sociales, mundos virtuales, etc. El enorme bombardeo de mensajes artificiales que reciben actualmente la vista y el oído tiene como consecuencia la distorsión y el empobrecimiento de todos los sentidos.

Una de las primeras acciones a desarrollar en este camino del crecimiento interior es el control de las percepciones de los sentidos, para lograr su desarrollo armónico. No debemos permitir que ingrese en la conciencia ninguna representación que no hayamos examinado: publicidad, el parloteo de comunicadores presuntuosos, el discurso de las figuras públicas, etc. A cada uno nos incumbe la tarea del desarrollo y armonía de todos los sentidos y las cualidades necesarias para estar conscientes de esto el mayor tiempo posible.

Una de las exigencias más importantes en estas labores es que todo lo relacionado con nuestros planes debe salir beneficiado. Ante la disyuntiva de tener que elegir entre dos opciones, debe decidirse por la que haga más bien.

Otros requisitos son: vivir una vida moral y armoniosa, fomentar hábitos saludables de vida, crear espacios para meditación y concentración, mantener una limpieza escrupulosa, generar ambientes agradables (música, aromas, imágenes, etc.), evitar las informaciones de fuentes dudosas, tratar de evitar situaciones perjudiciales como discusiones inútiles, stress, tabaco,  etc.

Debe haber equilibrio en los mundos del pensamiento, la palabra y la acción.

También es importante hacer economía de actos, palabras y pensamientos innecesarios, por ejemplo: movimientos prescindibles, participar de habladurías, de chismes, hacer suposiciones. Todo esto constituye un desperdicio de energías.

El pensamiento debe ir unido con la acción, recordando que con nuestra acción influimos en el futuro, debe realizarse con toda la atención y responsabilidad que ello demanda.

Es necesario ejercer control del pensamiento y ejercitar el pensamiento abstracto, no sensorial, indagar en lo oculto tras las formas, como dice el dicho popular: “Se ven las caras pero nunca el corazón”.

Debe ampliarse constantemente la capacidad de aumentar los pensamientos.

Se debe desarrollar una manera de escuchar desprejuiciada, analizar atentamente el discurso de quien habla en lugar de pensar en la respuesta. Darle cabida a ideas diferentes a la propia es un factor de crecimiento.

Resulta conveniente  analizar algunas situaciones conflictivas como si en lugar de ser propias le estuvieran ocurriendo a otra persona. No tomar nada en forma personal, no permitir que el dolor nos aplaste ni las alegrías nos arrebaten.

Debe desarrollarse una manera positiva de observación, buscar siempre algo bueno en toda situación.

También  deben ejercitarse la voluntad y la iniciativa.

El trabajo demanda perseverancia y paciencia, pero su fruto bien lo vale: una nueva vida; una vida mejor para cada uno, para los demás y para todo lo que nos rodea.

El resultado hablará por sí mismo.

José María Caracuel - Licenciado en Física, escritor, psicólo holístico y terapéuta floral

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