Para muchos pescadores que eligen los muelles del Partido de la Costa y la Costa Atlántica, la preocupación principal no siempre pasó por la marea, la carnada o la distancia de tiro. Durante años, los enganches eternos fueron el verdadero obstáculo: restos de líneas cortadas, plomos enterrados, metros de nylon enmarañado y viejos equipos perdidos por otros aficionados formaron, bajo el muelle, auténticas “madejas” capaces de arruinar cualquier jornada. La pregunta no era qué se estaba pescando, sino dónde estaba el próximo enganche que se iba a llevar la plomada, o incluso partir una caña o un reel. Ese panorama, finalmente, empieza a cambiar gracias a una medida largamente esperada.

Un operativo necesario

La Asociación de Fomento de Santa Teresita decidió encarar una tarea que los pescadores reclamaban hacía décadas: levantar la mayor cantidad posible de restos de equipos acumulados en el fondo alrededor del muelle. La iniciativa llega en la antesala de la temporada de verano —cuando se multiplica la presencia de pescadores—, aunque sus impulsores sostienen que debería realizarse durante todo el año.

El responsable del rastrillaje es el reconocido guía local Christian Maurs, una figura clave en la pesca embarcada de la zona. El procedimiento es simple en su planteo, pero exigente en su ejecución. Se utilizan fierros con grampines para enganchar y cortar el nylon sumergido, lo que muchas veces deriva en enormes madejas que obligan a detener la embarcación. Con la tracción del motor se arranca ese amasijo del fondo, una maniobra pesada debido a la cantidad de plomos acumulados a lo largo de los años.

La jornada de trabajo suele demandar 7 u 8 horas continuas, bordeando el perímetro del muelle. “Es impresionante lo que se junta abajo”, comentó Maurs. “Son años y años de material que nadie había levantado”.

Cómo y cuándo se trabaja

El operativo se realiza únicamente en días sin bañistas, ya que la actividad sería riesgosa en plena temporada. Además, Maurs señaló que es preferible trabajar con marea creciente, evitando la bajante, cuando la ola rompe con más fuerza y vuelve inestable la maniobra.

La Asociación busca que este tipo de tareas se realicen de manera periódica, evitando dejar pasar nuevamente 30 o 40 años sin intervenciones. Aunque es imposible remover la totalidad de lo acumulado durante décadas, los primeros rastrillajes ya permitieron retirar una enorme cantidad de basura de pesca y reducir notablemente los enganches según las pruebas realizadas. Esto no solo beneficiará a los pescadores —que perderán menos equipos—, sino que también aportará a un entorno más sano y sostenible para el muelle.

Si bien Maurs continúa brindando sus servicios como guía, y por eso no todos los días puede abocarse al operativo, su experiencia y compromiso fueron determinantes para iniciar un trabajo que muchos consideraban irrealizable.

Un ejemplo a seguir

La limpieza del lecho marino bajo el muelle de Santa Teresita constituye una acción concreta que mejora la experiencia de pesca y, al mismo tiempo, cuida el recurso. Una iniciativa que beneficia a toda la comunidad y que, por su impacto, podría replicarse en otros puntos de la Costa Atlántica. Un paso firme hacia un muelle más limpio, seguro y sustentable.