

Con un encendido espíritu peronista, militantes del barrio Villa Clelia, vecinos y referentes del Partido Justicialista del Partido de La Costa se reunieron en la Plaza Eva Perón para rendir homenaje a la abanderada de los humildes, en el 73° aniversario de su paso a la inmortalidad. El acto, organizado en conjunto por la militancia y el PJ local, fue también una expresión del rol protagónico que hoy ocupan las mujeres en la política costera.
“Nos reunimos con compañeros, leímos un documento con otra de las compañeras, Carolina, acompañados de todos los compañeros, gente de la lista, vecinos”, relató Ariadna González, tercera candidata a concejala por Fuerza Patria. “Básicamente conmemorando a Evita, una gran compañera que pasó a la historia y está hoy entre nosotros en la lucha activa todavía sobre la justicia social”, agregó.
La jornada estuvo atravesada por la emoción y la convicción política, en un contexto electoral que exige definiciones claras. El legado de Eva Perón, símbolo de justicia social, feminismo popular y compromiso con los más humildes, se convirtió en bandera para las y los presentes.
“Creo que esto, ¿no? Mantener, sobrellevar, sostener y reivindicar todo el tiempo la lucha sobre la justicia social, la soberanía, el cuidado de nuestros abuelos, de nuestros hijos, de nuestros vecinos. Mantener activa esa lucha que tenía Eva en su momento. Hoy en día la tenemos que reivindicar y nosotros salir por lo mismo”, expresó González.
La actividad no solo fue un acto de memoria, sino también un espacio de reafirmación política y territorial, donde se pusieron en valor las convicciones que marcaron la historia del peronismo. “Sostener esto, escuchar a los vecinos, estar con las necesidades de los que, de estos descamisados que tenía Eva, los compañeros que tenemos hoy”, concluyó la candidata, con un claro mensaje de continuidad y compromiso con las banderas históricas del movimiento.
El homenaje a Eva Perón no fue solo una evocación del pasado, sino también una declaración de principios de cara al futuro. En La Costa, las convicciones siguen vivas.