

En tiempos donde lo comúnmente llamado “tiempo libre” adquiere un valor extraordinario, la Municipalidad de La Costa, a través de su Secretaría de Turismo, vuelve a tender un puente entre las familias y el disfrute colectivo, con una propuesta vacacional que prioriza el bienestar, el juego y la cultura como derechos esenciales.
Durante las dos semanas del receso invernal, los paradores municipales de Santa Teresita (en Calle 35 y Costanera) y San Bernardo (Av. Costanera 3000) se transforman en verdaderos centros de encuentro, donde cada día late con una nueva experiencia. Con una impronta libre y gratuita, las actividades están pensadas para todas las edades y están cargadas de sentido: no solo entretienen, también conectan, enseñan y abrazan.
La jornada comienza los viernes, sábados y domingos con visitas guiadas de 11.00 a 12.30 que permiten redescubrir el Partido de La Costa desde su historia y su identidad. Son recorridos que invitan a mirar con otros ojos los paisajes cotidianos, y a comprender la riqueza cultural del lugar que habitamos o visitamos.
Por la tarde, entre las 14.00 y las 18.00, la propuesta se multiplica. Hay barriletes que toman vuelo en los cielos costeros, juegos de kermés que despiertan sonrisas, experiencias de cocina en vivo que se convierten en rituales compartidos y espacios artísticos donde las infancias pueden expresarse libremente. Todo esto, envuelto en el espíritu lúdico de “Pintó Jugar”, que tiñe cada jornada de color, creatividad y encuentro.
La tarde avanza y los espectáculos circenses, las meriendas compartidas, el cine con pochoclos y las lecturas con chocolate ofrecen el cierre ideal para una jornada que equilibra movimiento y descanso, juego y contemplación. Todos los días, además, hay juegos de mesa y materiales disponibles para que cada quien se exprese a su manera, sin imposiciones ni estructuras rígidas.
Esta iniciativa no es solo un cronograma de actividades: es una declaración de principios. En un contexto donde la incertidumbre nacional golpea especialmente a las infancias y a quienes cuidan, el Estado local decide estar presente, generando espacios donde la alegría, el arte y la ternura no sean un lujo, sino parte de la vida cotidiana.
Así, estas vacaciones de invierno, La Costa se reafirma como un lugar que entiende que el juego, la cultura y el descanso también son políticas públicas. Y que, frente a la adversidad, la mejor respuesta siempre será más comunidad.