En una época donde lo simbólico parece diluirse entre lo urgente y lo pasajero, San Clemente del Tuyú se detiene a mirar su propia historia. Esta semana comenzó el armado de la base que sostendrá nuevamente la imagen de San Clemente Romano, su santo patrono, en las inmediaciones de la terminal de ómnibus.

Más que una simple obra, se trata de un gesto cargado de sentido comunitario, de recuperación del patrimonio y de afirmación de una identidad colectiva que, en tiempos de transformación constante, sigue encontrando en sus raíces una brújula.

La restauración del monumento no es solo una cuestión estética ni un hecho aislado: es el resultado de años de compromiso vecinal, gestiones institucionales y una voluntad firme de honrar el legado cultural y espiritual del pueblo. La figura del santo no solo representa a una comunidad religiosa, sino que actúa como símbolo de pertenencia para todos los que reconocen en San Clemente un lugar de afectos, de historias comunes y de lucha por el crecimiento compartido.

Instalar nuevamente la imagen en un punto neurálgico como la zona de la terminal no es casual: significa recibir con identidad a quienes llegan y despedir con orgullo a quienes parten, recordando que hay un espíritu que habita y define a esta ciudad costera.

La base ya comenzó a tomar forma, y con ella también se asienta una certeza: la de un pueblo que elige recordar, proteger y proyectar su historia, entendiendo que el patrimonio no se mide solo en obras, sino en valores que perduran.