viernes 18 de julio de 2025 - Edición Nº2417

Locales | 25 jun 2025

SE CONFORMO EL FORO

Chascomús se suma a la Red Infancia Robada: compromiso diocesano contra la violencia y la trata

Compromiso con la verdad, la justicia y la dignidad de la infancia



Durante unas intensas jornadas en Dolores, convocadas por el Obispo Juan Ignacio Liébana y encabezadas por la Hermana Martha Pelloni, se conformó oficialmente el Foro Infancia Robada en la Diócesis de Chascomús. Con amplia participación de referentes sociales e institucionales, el encuentro marcó un hito en la lucha territorial contra la violencia, el abuso, la explotación y la trata de personas.

En tiempos donde el dolor social por la violencia parece convertirse en paisaje cotidiano, la conformación del Foro Infancia Robada Chascomús emerge como una respuesta urgente y comprometida ante uno de los males más profundos que atraviesan nuestras comunidades. No se trata de una simple estructura organizativa, sino del inicio de una red de cuidado, acompañamiento y denuncia que interpela tanto a las instituciones como a cada ciudadano.

Las jornadas lideradas por la incansable Hermana Martha Pelloni, referente moral y social en la lucha contra la trata y el abuso infantil, fueron mucho más que una capacitación: fueron un llamado a la conciencia, a la acción y, sobre todo, a la esperanza activa. A través del testimonio, el análisis y el trabajo colectivo, se tejió una red de sentido que pone en el centro a las víctimas y proclama, sin eufemismos, que no hay paz posible sin justicia, ni justicia sin verdad.

La violencia no es un destino inevitable. Se construye socialmente, como bien remarca Pelloni, y por lo tanto puede y debe ser desmontada. Desde las aulas hasta los barrios, desde las parroquias hasta los hospitales, todos tenemos algo que hacer. Porque prevenir es proteger, y proteger es amar.

El Foro nace con una clara orientación pastoral, pero con vocación de política pública. Su mirada es integral: abraza el dolor de las víctimas, ofrece contención profesional y espiritual, y exige transformaciones institucionales reales. Reconoce también los límites y desafíos que impone un contexto de corrupción, desamparo e impunidad, pero los enfrenta con la fuerza de la verdad, la organización y el Evangelio hecho obra.

La Diócesis de Chascomús asume así una valiente responsabilidad cristiana: no mirar para otro lado. La firma del acta compromiso no fue el final de una jornada, sino el inicio de un camino: un camino colectivo, incómodo y desafiante, pero absolutamente necesario.

Porque los niños no se tocan. Porque los adolescentes no se esclavizan. Porque las familias no se abandonan.
Y porque todavía es posible —y urgente— creer en una sociedad donde la dignidad humana no se negocie.

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