

La gestión de Javier Milei parece decidida a aplicar un shock tarifario, aun a costa del bolsillo de los hogares argentinos. Mientras el presidente sostiene un discurso férreo contra la inflación, su administración habilita aumentos sistemáticos en servicios esenciales como la electricidad y el gas. Esta semana, la Resolución 362/25 del ENARGAS confirmó un nuevo ajuste para los usuarios de Camuzzi Gas Pampeana en la provincia de Buenos Aires: 4% más en el cargo fijo y 2% sobre el consumo.
El impacto no es menor. Entre diciembre y mayo, las tarifas de gas se incrementaron un 1181%, muy por encima del índice de inflación acumulado en ese mismo período (149%). Pero el dato más preocupante es que, además, el Gobierno habilitó una fórmula que permite a las distribuidoras aplicar ajustes mensuales, ligados al ritmo inflacionario que Milei asegura estar combatiendo.
En los hechos, se está trasladando el costo del ajuste a los hogares, sin contemplar aún una recomposición de ingresos acorde. El relato antiinflacionario choca con una realidad en la que los precios regulados —una de las principales anclas utilizadas durante años— comienzan a liberarse sin red. El resultado, para muchos, será una factura impagable.