

Durante el mes de febrero, es común que en las playas bonaerenses aparezcan ejemplares juveniles de pingüino de Magallanes. Estos inexpertos, en su primer viaje migratorio, suelen enfrentar dificultades para alimentarse, lo que, sumado a factores como la escasez de pescado por la sobreexplotación, provoca que pierdan la capa de grasa que los protege del frío. Como consecuencia, llegan a la costa en estado de desnutrición, anemia, con alta carga parasitaria e hipotermia.
La organización Rescate Fauna Silvestre, que trabaja en la asistencia de estos animales en el Partido de La Costa, advierte que devolverlos al mar en esas condiciones es condenarlos a una muerte segura. Por ello, brindan recomendaciones clave para quienes se encuentren con un pingüino en la playa:
No devolverlo al mar.
No mojarlo.
Mantener distancia.
Alejar a las mascotas.
Es importante comprender que estos animales no llegan a la orilla para descansar, sino porque están demasiado débiles para continuar su recorrido. Ante cualquier avistamiento, se recomienda dar aviso a especialistas para que puedan intervenir y brindarles la asistencia necesaria.