Para quien viene viajando desde cualquier punto del país y espera encontrarse con un último tramo de su travesía de 30 kilómetros estresantes y de máxima tensión por el peligro de accidentes que representaban, la sorpresa será mayúscula! 

Una amplia autopista de dos manos espaciadas entre si, convertirá el trayecto final de su viaje en un momento de disfrute relajado, que causa hasta emoción por la cercanía del mar y el pronto reencuentro con esa masa de agua que constituye el máximo placer de quien visita el partido de La Costa.

En las vísperas de Navidad se fueron abriendo tramos, primero fue la rotonda de General Lavalle, luego el empalme de la nueva calzada con la rotonda de entrada al Partido de La Costa, finalmente se unieron los tramos y se dió sentido de circulación a las dos manos, para habilitar finalmente el tramo entre San Clemente del Tuyú y General Lavalle.

La autopista emerge imponente, ancha, con dos manos espaciadas entre sí, que calcan los márgenes naturales de las rías, plenas de aves migratorias y fauna autóctona. La flora característica de la bahía deja ver a lo lejos el Faro San Antonio. La magia no tiene límites a la hora de caer el sol. La Autopista se ha convertido en la merecida antesala de quien visita La Costa, un distrito pujante al que sólo le faltaba un ingreso que esté a la altura de su desarrollo.