

Durante la mañana de este lunes, se encontraron dos cadáveres de delfines franciscanas (Pontoporia blainvillei) en la bajada de Drago, en Nueva Atlantis. Uno de ellos presentaba un avanzado estado de descomposición, mientras que el otro murió recientemente tras quedar atrapado en tanzas de pesca abandonadas, un problema recurrente en las playas debido a la falta de conciencia ambiental.
El delfín franciscana es una especie clasificada como “vulnerable” según la Sociedad Argentina de Mamíferos y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Estos cetáceos enfrentan graves amenazas, entre las que se incluyen las capturas accidentales en la pesca artesanal, la contaminación con plásticos y redes abandonadas, y la presencia de sustancias tóxicas en el agua.
La muerte de estas dos franciscanas resalta la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger a la fauna marina. Diversos grupos de investigación trabajan en el estudio de esta especie con el objetivo de generar información útil para diseñar políticas y estrategias de conservación.
Por otra parte, los residuos como plásticos, redes y tramallos en desuso no solo afectan a los delfines, sino también a otras especies marinas. Una simple acción, como evitar dejar basura en las playas, podría salvar muchas vidas y contribuir a la preservación del ecosistema.
La aparición de estos delfines muertos debería ser una alarma para la sociedad. La contaminación y el abandono de residuos en las playas no son solo un problema estético, sino una amenaza directa a la biodiversidad. Cada uno de nosotros tiene un rol fundamental en la protección del medioambiente. Mantener las playas limpias, utilizar métodos de pesca responsables y exigir políticas de conservación efectivas son pasos esenciales para garantizar que especies como la franciscana no desaparezcan. El compromiso ambiental es una responsabilidad compartida: actuemos ahora para proteger el futuro de nuestros océanos.